En junio de 2021, la Fundación Kawsayta Awashun firmó un Convenio Marco y Específico de Cooperación Interinstitucional con la Universidad Nacional de Chimborazo (UNACH), a través de su Vicerrectorado de Postgrado, Investigación y Vinculación. Esta alianza estratégica busca abordar y fortalecer áreas clave como la salud, la organización comunitaria, el liderazgo y el riego agrícola, todo desde una perspectiva inclusiva de género.
El Convenio Específico establece la implementación de procesos formativos utilizando metodologías participativas y de acción popular. Esto implica un enfoque centrado en la participación activa de las comunidades y la aplicación de conocimientos prácticos y accesibles. La UNACH, mediante su Dirección de Vinculación y la Dirección de Posgrado, se compromete a planificar y desarrollar programas de formación en liderazgo democrático. Estos programas están diseñados para capacitar a promotores del desarrollo local, con un énfasis particular en la equidad de género y la inclusión generacional. Los cursos de capacitación se establecen de acuerdo a los acuerdos alcanzados entre ambas instituciones, asegurando que las necesidades y prioridades locales sean adecuadamente atendidas.
Además de los programas de liderazgo, el convenio incluye un componente significativo de capacitación en salud preventiva. Estos talleres están dirigidos específicamente a mujeres líderes indígenas, reconociendo su papel crucial en la promoción de la salud comunitaria y el bienestar general. La formación en salud preventiva abarca temas esenciales como la higiene, la nutrición, la prevención de enfermedades y el acceso a servicios de salud, empoderando a las mujeres para que se conviertan en agentes de cambio en sus comunidades.
El Padre Carlos Vera Paredes, presidente y representante legal de la Fundación Kawsayta Awashun, ha subrayado la importancia de esta colaboración. Según él, la intervención de la UNACH es fundamental para impulsar procesos que fomenten la mejora continua en la provincia de Chimborazo. La alianza no solo fortalece las capacidades locales, sino que también promueve un desarrollo más equitativo y sostenible, alineado con los principios del Buen Vivir y el postdesarrollo.